Sincericidio. Cuando la sinceridad se convierte en un arma.

Sincericidio

Como norma general, decir la verdad, se considera una buena cualidad, un valor que nos hace mejores personas. Si nos hablan de alguien diciendo que es honesto, vamos a apreciar una buena cualidad. Aunque, la verdad, tiene muchos gradientes. Nada es blanco o negro, porque depende siempre desde el punto de vista en que valoramos las cosas. Hay personas que practican el sincericidio ¿Se puede decir que son honestas? ¿Es entonces una buena cualidad?.

Vamos a verlo en el siguiente artículo

Tabla de contenidos

¿Qué es el sincericidio? ¿Es bueno siempre ser sincero?

Hablamos de sincericidas o personas con sincericidio cuando nos referimos a personas que dicen la verdad sin límites, sin prudencia, sin tener en cuenta los sentimientos o como se van a sentir los demás. A una verdad con una honestidad brutal la llamamos sincericidio, y ya no será una buena cualidad, en realidad será un defecto o una deficiencia de la persona y estará lejos de los matices positivos que tiene la honestidad o la sinceridad. No debemos confundirlo.

La verdad es un arma poderosa que no debe carecer de inteligencia social o emocional, de empatía y de sensibilidad. Por tanto, la sinceridad será positiva, siempre y cuando vaya acompañada de otros componentes, que son incluso más importantes que la propia sinceridad.

El foco, por tanto, no debe ponerse en la verdad, sino en las habilidades para comunicarnos, que están conformadas por inteligencia emocional, sensibilidad y fuertes dósis de empatía.

Incluso, en muchos casos, será necesario utilizar la mentira, dependiendo del contexto en que nos encontremos.

La mentira es buena

A los niños, normalmente, se les dice que tienen que decir siempre la verdad, que no nos mientan y que es una buena cualidad. Aunque a medida que van creciendo lo vamos matizando. Si viene su tía con sobrepeso a casa, le decimos que no le pueden decir que está gorda, porque de esa manera le hará daño, o que no señale a un señor porque está calvo. Así, en muchas ocasiones se va reconociendo la mentira como buena y muy necesaria.

Por tanto, hemos de estar contentos cuando nuestro hijo o hija dice la primera mentira. Es una cualidad que les va a servir mucho en el futuro, y de hecho existen estudios que los niños más mentirosos son más inteligentes y probablemente tendrán más éxito en la vida.

Existe un estudio de la psicóloga mexicana de la universidad autónoma de nuevo mexico, Claudia Castro Campos, que certifica que las personas decimos de media 2 mentiras al día, nada más y nada menos, y me parecen pocas.

Por tanto, por mucho que se jacten algunas personas de decir siempre la verdad, puede que esa sea su primera mentira del día. Dan Ariely, catedrático de psicología de la universidad de nueva york, también ha probado en numerosas ocasiones que mentimos, de lo cual ya hablé en otro post.

A los niños conviene enseñarles a ser sensibles, empáticos, a valorar situaciones. Si hacemos demasiado hincapié en la honesta sinceridad puede que los estemos abocando a padecer un trastorno, tipo mentiroso compulsivo. No hay estudios hechos, pero estoy convencido de que insistir demasiado en algo contra natura generará otros problemas asociados.

Tipos de mentiras y sincericidio

Michael Lewis, psicólogo norteamericano nos habla de 4 tipos de mentiras:

  • El primer tipo es para proteger sentimientos de las otras personas. Mentiras piadosas que decía Joaquín Sabina en una canción. Edulcorar la verdad para no hacer sufrir al otro. Un ejemplo para entenderlo pueden ser: Te dejo, pero el problema lo tengo yo y mis sentimientos y no tú, La verdad es que eres inaguantable, pero no te lo digo. Hay que reconocer que hace bien, encima de dejar a la otra persona, no la va a hundir.
  • El segundo tipo de mentiras es para protegerse a uno mismo. No hay más que pensar en todos esos soldados que han participado en una guerra y han matado a otros seres humanos. Seguramente, para poder protegerse, dirán, he seguido órdenes, en realidad no fui yo el que lo hizo sino los mandos. Aunque la triste realidad es que sí que lo hicieron. El ser humano tiende a la obediencia en primer lugar y luego a maquillar la realidad con mentiras. Interesante el experimento de Milgram al respecto.
  • El tercero es el autoengaño. Normalmente, para suavizar las emociones. El año que viene dejo de fumar seguro, porque puedo dejarlo cuando quiera. Puedo terminar con esta relación cuando quiera, depende sólo de mi.
  • Mentiras destinadas a hacer daño a los demás. Donde encuadraríamos a los sincericidas. Enmascaradas en una falsa sinceridad, hacen que las otras personas se sientan mal, generando traumas. Únicamente con el objetivo de ocultar sus inseguridades

Perfil del sincericida

  • Normalmente, un sincericida es una persona que tiene importantes conflictos internos profundos. Piensa que no está siendo suficientemente valorado por los demás, y se posiciona con superioridad, precisamente utiliza la honestidad para hacer saber que estamos ante una persona superior. Por ejemplo, Risto Mejide o el Dr. House, de alguna manera, están usando el perfil sincerida de una manera simpática, y no genera problemas, ya que se sabe a priori que van a actuar de esa forma. Otro cantar es si nos los encontramos por primera vez. Conste que en ambos casos creo que encarnan simplemente a un personaje.
  • Usa la verdad como un arma contra los demás que le permite reafirmarse. Está contento de hacerlo ya que crece ante los demás bajo la falsa premisa de que lo hace porque es sincero, y es una buena cualidad.
  • Suele ser una persona con baja inteligencia emocional. Personas que tienen dificultades para conectar con las emociones del resto, con deficiencias de empatía.
  • Dificultad en las relaciones sociales. Son personas rígidas e inseguras, que crean incomodidad, por tanto, en muchas ocasiones tienen dificultades en las relaciones sociales. Van siendo dejados de lado.
Jordi Martínez psicólogo
Jordi Martínez, psicólogo

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