El despiste. ¿Problema o signo de inteligencia?

El despiste

Una mañana, vamos a una reunión con los profesores de nuestro hijo o hija, y nos dicen que es despistado, que se despista mucho. . Nuestra pareja es la tercera vez que no sabe donde ha dejado las llaves. Puede haber muchos casos en que el despiste sea un inconveniente importante y motivo de preocupación. Está claro que hay personas que tienen una tendencia a despistarse más.

Un despiste puede ser un problema enorme, ya que puede provocar que baje la nota del examen, o ya de más mayores, si vamos conduciendo o en bicicleta y nos despistamos podemos tener un accidente o no ganaremos para llaves, teléfonos u otros objetos. Aunque, por otro lado, también puede servir y mucho en nuestra capacidad creativa, en la capacidad de la activación de la que llaman “segunda red neuronal”, muy necesaria en determinados procesos.

Aunque es lógico preocuparnos. En este artículo vamos a hablar de las personas despistadas, el despiste y sus posibles razones. Vamos a ver que dice la ciencia al respecto, porque quizás el despiste sea una función necesaria del ser humano, como vamos a ver a continuación:

El despiste es normal y necesario

Daniel Gilbert, investigador de la Universidad de Harvard, en sus investigaciones sobre el despiste, consiguió medir la cantidad de tiempo que pasamos despistados, y ha llegado a la conclusión que casi la mitad del tiempo lo pasamos despistados, el 47% nada más y nada menos. Durante ese tiempo las personas estamos divagando, en otro mundo en realidad.

Por tanto, se puede concluir que es completamente normal despistarse o estar despistado. Seguramente porque es del todo imposible mantener la atención constantemente.

Pero ese tiempo que estamos despistados es un tiempo necesario, no es que nos salgamos de la pista, por así decirlo. El cerebro en ese tiempo no para de funcionar, es más, hay estudios con emisión de positrones, que constatan que en los periodos de despiste el cerebro sigue funcionando y gasta la misma cantidad de energía.

Marcus Raichle, neurocientífico de la Universidad de Whashington ha constatado que el cerebro consume la misma cantidad de energía en reposo que trabajando, por lo que se puede concluir que el cerebro, en los momentos de despiste, de “quedarnos en blanco” no está dejando de trabajar. Sí que ha observado que hay diferentes áreas del cerebro que se activan en un estado u otro.

Y ¿por qué se produce el despiste?

Rosa Casafont, en su libro Viaje a tu cerebro, nos explica que estar despistado no es estar perdido ni es tener un déficit de atención. Cuando nuestro cerebro está relajado, nuestra mente se vuelve más activa, hay áreas que dejan de trabajar, pero se activan otras. Se pone en marcha la llamada “red neuronal por defecto”, que conecta el hipocampo (zona que se ocupa de la memoria) con la corteza prefrontal (parte planificadora, programadora y ejecutora del cerebro) de hecho una parte muy importante para la atención.

Por tanto, se podría decir que el despiste tiene una función de procesamiento de información, tanto autobiográfica como de proyectos futuros, y nos está preparando para focalizar la atención. Además, Rosa Casafont va más allá y nos dice que si esta red funciona mal se podrían desarrollar enfermedades como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y el Alzheimer.

Se cree que el despiste puede tener 3 funciones, según Guillermo Mattioli:

  • Por un lado, puede estar relacionado con la creatividad y, por tanto, con la inteligencia. Todos tenemos en mente a Albert Einstein y sus 5 trajes exactamente iguales que se ponía para no tener que elegir su ropa. Era una persona sumamente despistada, pero su despiste estaba asociado a esa segunda red que estaba procesando datos. Y no cabe hacer mención que era una persona muy inteligente.
  • Por otro lado, puede estar asociado a algún tipo de preocupación o ansiedad. Todos hemos tenido más despistes en periodos en los que pasábamos por algún apuro. Aquí sumaríamos problemas de sueño y todo lo que acarrean situaciones ansiógenas o de estrés en general.
  • El despiste como escusa. También puede estar asociado como escusa social, por ejemplo, para enmascarar que se llega tarde o se ha olvidado algo, simplemente diciendo que “ya sabéis que soy despistado”. En realidad esta última no sería un despiste puro, sino una escusa que enmascara cierta desfachatez.

Puntos básicos para tratar el despiste

En cualquier caso, si estamos ante un problema de despiste, lo primero que tenemos que hacer es asegurarnos de que el despistado/a esté descansando lo suficiente, el sueño suele ser una de las principales causas para provocar despistes y falta de atención. Realizar una correcta higiene del sueño será primordial para evitar despistes. Del mismo modo, hemos de asegurarnos de que tenga una correcta nutrición y que realice ejercicio.

Además, hemos de asegurarnos de que no esté afectado por problemas de estrés, como problemas en el colegio o trabajo, multitarea excesiva o ansiedad o miedo ante determinadas situaciones. Habrá que tener en cuenta otros factores situacionales, como problemas convivenciales, etc.

No hay que confundir la atención con el despiste. En otro artículo hablábamos de los problemas atencionales, y hay que diferenciarlos perfectamente. Os recomiendo leerlo para saber más.

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