El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es una enfermedad bastante frecuente en la población, ya que con más o con menos intensidad la padece entre un 1 y un 2%. Muchas veces puede quedar en un síntoma, pero otras muchas puede llegar a causar graves perjuicios en la calidad de la persona que lo sufre.
Hay que diferenciarlo del trastorno obsesivo de la personalidad. Aunque pueden darse conjuntamente, no son incompatibles, no tienen nada que ver y se tratan de diferente manera.
Algo muy típico del trastorno obsesivo compulsivo es que se suele llevar en silencio, y en muchos casos no se llega a consultar nunca. La persona lo normaliza como parte de su personalidad y asume su perjuicio, intentando ocultarlo y produciéndole a su vez mayor ansiedad.
En el artículo de hoy, queremos definir la obsesión, la compulsión, que tipos existe y definir qué se puede hacer, el posible tratamiento.
Tabla de contenidos
¿Qué es la obsesión?
Una obsesión es un pensamiento o imagen que se repite de manera intensa mentalmente, y que debe constar necesariamente de 3 características indispensables para que hablemos de trastorno obsesivo compulsivo (TOC):
- La persona es consciente de que no tiene ninguna lógica, no es real y que es un pensamiento intrusivo, no buscado.
- Los pensamientos son egodistónicos. Son desagradables, no podemos dejar de pensar en ello y nos hacen pasarlo mal. En la mayoría de los casos vienen cargados de ansiedad.
- El pensamiento o imagen tiene que ser de una elevada intensidad, que provoque un problema para la persona o dificulte su funcionamiento diario. Por ejemplo, a la hora de disfrutar de las cosas, concentrarse, dormir o hacer cualquier actividad.
Creer que estamos infectados por un virus constantemente. Suponer que hemos atropellado a alguien, aun sin haber sentido ningún golpe. Pensar que vamos a hacer daño a alguien o a nosotros mismos. Creer que nuestro gusto es por el mismo género que el nuestro cuando nadie nos ha atraído nunca. Son ejemplos de pensamientos obsesivos, siempre y cuando se den obviamente, las 3 características descritas.
¿Qué son las compulsiones?
También se pueden considerar como manías o rituales, son una repetición sistemático o juego mental como único modo de apartar la obsesión. Las compulsiones pueden ser externas a modo de comportamiento o manía o ritual mental, de forma más interna, sin exteriorizarla. Para que sean consideradas como problemáticas o que puedan estar dentro de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) deben darse 3 características:
- La persona sabe perfectamente que es una conducta ilógica, que puede estar o no relacionada, pero no tiene sentido.
- Es la única manera de quitarse la obsesión de la cabeza.
- Es lo suficientemente intensa como para dificultar diferentes apartados de su vida como condicionar situaciones por evitación o comportamientos, concentración, sueño o relaciones.
Frotarse o limpiarse las manos un número determinado de veces. Verificar 3 veces que se ha cerrado la puerta de casa o del coche. Tener la necesidad de girar la cabeza mientras se conduce por la duda de haber atropellado a alguien. Tocar la esquina de un mueble sin motivo aparente. Flagelarse o hacerse daño. Son ejemplos de comportamientos compulsivos.
¿Qué tipos de trastorno obsesivo compulsivo existen?
Imposible no fijarse, cuando hablamos de trastorno obsesivo compulsivo en la fantástica película protagonizada por Jack Nicholson y Helen Hunt, mejor imposible. El protagonista nos muestra diferentes tipos de TOC’s agrupados en una sola persona.
En el video podemos ver un buen cúmulo de tipos de obsesiones, que repasamos a continuación.
- Obsesiones de infección o contaminación. Tocar cualquier objeto o mancharse la camisa, necesitar duchas largas, con agua muy caliente pueden ser obsesiones y compulsiones que la persona no puede evitar pensar.
- Verificación u orden. Necesidad de verificar las luces, o las puertas de casa o del coche, tener todo controlado. Verificar si se ha atropellado a alguien, ordenar objetos o ropa por tamaño o color. Todo acompañado por las correspondientes compulsiones.
- Daño a alguien o hacia uno mismo. Tener la idea en la cabeza que por ver un cuchillo vamos a asesinar asestando puñaladas a nuestro bebé, o subir a un edificio y pensar que vamos a arrojarnos sin remedio, perdiendo la vida. Como si no fuésemos a tener el control de nuestros actos, como si alguien nos manejara. Y la necesidad de realizar alguna acción para pararlo. Salirnos de la cocina, salir de casa, llamar a alguien o esconder el cuchillo.
- De tipo sexual. Sería tener el pensamiento de dudar si tenemos una atracción por nuestro mismo género, cuando nunca antes se ha sentido atracción alguna, todas las parejas han sido del género opuesto, pero, nuestra cabeza no deja de decirnos «Y si soy homosexual, y si soy homosexual….». Ello genera mucha ansiedad e inseguridad. También puede darse viendo imágenes copulando con alguien que no queremos como una madre o un padre.
- De religión. No únicamente pecaremos en comportamiento, sino también de pensamiento, siendo casi imposible evitarlos, y realizando compulsiones de tipo fustigamiento. En sitios muy fundamentalistas es común este trastorno.
¿Qué hago si me pasa?
Algo muy típico del trastorno obsesivo compulsivo es mantenerlo en silencio. Puede empezar a darse a una edad muy temprana, incluso en niños y adolescentes. Por tanto, conviene estar atentos a los síntomas para detectarlos y no normalizar estos pensamientos y así evitar que vayan a más y consultar con un especialista para iniciar tratamiento, que va a ser sumamente favorable.
El tratamiento puede ser psicológico o psicológico y farmacológico, atendiendo a la gravedad de los síntomas, al tipo de personalidad u otros factores.
- La terapia psicológica que mejor funciona es la terapia cognitiva para el control de pensamientos, y terapia conductual de exposición con prevención de respuesta. Al mismo tiempo se trabajará la psicoeducación con la persona que lo sufre y su entorno para que se puedas aprender alternativas menos dañinas y así ir arrinconando los pensamientos e incluso acabar del todo con ellos.
- A nivel farmacológico se ha probado muyu eficaz un tipo de antidepresivo de la familia de los Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), que más que función antidepresiva, tiene un buen comportamiento para los síntomas de trastorno obsesivo compulsivo. Se llama Fluvoxamina y es comúnmente conocido como Anafranil.
Como se puede ver es un tratorno que se trata de manera muy eficaz, por lo que no conviene dejarlo ir, hay que consultar y tratarlo.