Hace unos años apenas se hablaba de empatía, hoy en día está en todas las conversaciones. Más o menos todos conocemos su significado. Entras en Google y está lleno de consejos para tener ser más empático, para mejorar en tu relación a través de ella y otras cosas del estilo. Pero me pregunto, ¿Se emplea correctamente el término? ¿De verdad se está haciendo un buen uso? ¿Se puede desarrollar realmente la empatía o es una quimera de 4 gurús vendedores de cursos online? Y realmente ¿Es bueno tenerla o no?. Vamos a intentar responder a todas estas preguntas en el siguiente artículo:
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¿Qué es la empatía?
Se entiende por empatía, la capacidad de comprender y compartir los sentimientos y los pensamientos de las personas que nos rodean, es decir, ver las cosas desde la posición de los demás y no de la nuestra, con las peculiaridades que puede tener esa persona. Básicamente, ponernos en el lugar del otro, pero teniendo en cuenta su manera de ser y de pensar y sin llegar a tener su intensidad emocional.
Es un aspecto o rasgo de las personas, que sin duda, es muy importante para la vida en sociedad, ya que nos ayuda a convivir en sociedad. Supongamos como sería el mundo sin empatía, sin duda mucho peor, sería la ley de la jungla. Por tanto, es una función adaptativa como especie
Es un término que hoy en día se utiliza habitualmente, que lo hemos adaptado en nuestro vocabulario. Es una persona con empatía, no tienes empatía, espero de ti que tengas empatía, pero siempre se emplea bien? Yo creo que no.
¿Por qué se emplea mal el término empatía?
Normalmente, me he encontrado que el concepto de empatía se utiliza mal y para ello voy a poner un ejemplo.
Imaginemos una pareja, en la que uno de los miembros lleva más carga en las tareas del hogar y se está viendo abrumado o abrumada por la situación. Le reclama a su pareja empatía por como se está sintiendo, pero, en realidad, no le está reclamando empatía, le está reclamando que participe más de las tareas. En realidad no se está hablando de empatía, se está hablando de convivencia y comunicación.
Normalmente, cuando hablamos de desarrollar la empatía, en realidad hablamos de desarrollar convivencia y comunicación y evidentemente sí que se puede desarrollar.
De hecho, resulta mucho más fácil de desarrollar la comunicación que la empatía, que implica cambios neurocognitivos, y también se puede desarrollar, pero resulta algo más complejo.
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Pero, ¿Se puede desarrollar la empatía realmente?
La función empática depende de factores biológicos y factores llamados de ambiente. Los aspectos biológicos están ubicados en nuestro cerebro (neuronas espejo y conexión con sistema límbico) y los factores biológicos dependerán de la estimulación que se haga del cerebro durante toda la vida, especialmente en la infancia y la adolescencia.
Mejor entorno de estimulación se tenga, mejor vamos a desarrollar esta capacidad, teniendo en cuenta los propios límites de nuestro cerebro.
Una infancia y adolescencia en un buen entorno, con una buena estimulación donde se practique la escucha activa, las explicaciones de los límites y la comunicación en general, permitirá desarrollar el cerebro en la linea de una buena empatía.
El final del podado neuronal se termina entre los 18 y los 24 años. Hasta entonces no se puede valorar la capacidad empática en su plenitud. Por eso, no tiene mucho sentido pedir empatía a un adolescente que está en ese proceso. Todavía estará copiando comportamientos. Hasta entonces, no les pidamos tanto y creemos un buen entorno. Ese es el mejor consejo.
Como adultos se pueden dar muchos consejos, pero el principal es desarrollar la escucha activa, que es una cuestión de actitud. Básicamente, se trata de querer escuchar al otro, querer entenderlo, aunque no se acabe de entender. Es hacer ese esfuerzo para ser valorado por ello. Intentar escuchar más que oir.
Es decir, aunque no acabes de entender a la otra persona, esforzarte al máximo. Normalmente con dejar hablar ya es suficiente para hacer sentir a la otra persona que se la entiende. Ello permitirá sin duda percibir que hemos desarrollado la empatía.
Puede que no desarrollemos la empatía, pero seguro que va a mejorar la comunicación y vamos a ser percibidos como más empáticos.
Pero entonces, ¿Es bueno o malo tener empatía?
En general hay personas que pueden tener más o menos capacidad empática, aunque lo ideal es tener una capacidad media, ya que tanto adolecer como tener en exceso puede dar lugar a problemas.
- Hay personas que adolecen de capacidad empática, como es el caso de personas psicópatas o narcisistas. En el caso de los psicópatas hay un problema biológico y en el caso de los narcisistas, un problema de desarrollo ambiental, seguramente marcado por un entorno frío emocionalmente en la infancia. En ambos casos, carecer de empatía va a generar enormes problemas tanto para ellos mismos como para las personas cercanas.
- Hay otras personas que lo tienen excesivamente desarrollado y también puede generar ciertos problemas, como vimos el día que hablábamos de PAS Personas altamente sensibles, en que las personas se quedan atrapadas en el mundo de otros, sufriendo enormemente y es conveniente que aprendan a regular esta capacidad. Coger distancia emocional, aprender a ver las cosas desde la distancia o protegerse será lo recomendable.
Tanto en un caso como en otro no será positivo como cualidad. Como en otras muchas cosas, lo ideal se encuentra en un término medio.