El reciente suicidio de una niña en Jaén, motivado por el acoso escolar que sufrió por parte de un compañero, ha propiciado muchas noticias y comentarios sobre como acabar con este problema. He seguido la actualidad con detenimiento y he observado que algunos comentarios han venido por parte de expertos y otros de personas que daban su opinión sin un conocimiento específico en la materia, de una manera oportunista.
Diferenciando esas opiniones, creo que lo primero que cabe tener en cuenta es que el acoso no se da sólo dentro del recinto escolar, por tanto, no podemos responsabilizar únicamente a los profesionales de la educación. Hay que entender, que es un problema de toda la sociedad y si señalamos a los colegios, como únicos responsables, nos estamos equivocando y estamos actuando sobre el problema parcialmente. Por tanto, no podremos incidir de la manera adecuada y deseada.
Combatir el acoso escolar
Para combatir el acoso escolar, los colegios tendrán un papel fundamental, pero la familia y el entorno próximo de los menores influirán decisivamente en los valores que adoptarán y que propiciarán que manifiesten ese tipo de conductas.
Por otro lado, para combatir un problema como el acoso, no servirán políticas punitivas, como he escuchado estos días y creo que están de acuerdo todos los expertos. Si que será importante la prevención, que habrá de aplicarse a todos los menores. Los protocolos de intervención actuales se están centrando en víctima y acosador, y los comportamientos se producen porque hay refuerzo por parte del grupo. Si se consigue que el resto de los menores dejen de mirar impasibles estos comportamientos o incluso intervengan, estamos logrando que ese comportamiento deje de tener sentido para mantener el liderazgo del acosador y automáticamente se disminuyen los incidentes, dentro y fuera del entorno escolar.
La familia y el entorno de los menores tienen asimismo un papel fundamental en el acoso escolar. Ellos deberían dotar a los menores de criterio para intervenir en este tipo de situaciones. Así se actuaría de una manera global, que tiene mucho más peso. Para ello se tienen que implicar en la educación del menor.
Para lograrlo, deberíamos de mirar modelos que están funcionando, como es el caso de Finlandia, y que están demostrando que sin un sobre coste económico excesivo se está consiguiendo reducir el acoso escolar de manera más que significativa. Para ello, trabajan en el cambio de las normas que rigen el grupo de menores y se introduce el acoso dentro de los contenidos específicos, con material de apoyo dentro y fuera del colegio.
Sin tener estudios científicos que lo demuestren estoy seguro que los beneficios sociales que se pueden lograr, van más allá del acoso escolar en sí mismo, y aplicando un modelo similar al finlandés, en unos años, los casos de violencia doméstica, otro de los grandes problemas sociales, se reducirían asimismo de manera significativa. Veremos dentro de unos años, esos índices en Finlandia.
Me ha gustado la entrada, si bien, ya que comentas el caso de Finlandia lo tocas casi de refilón y sería muy pedagógico saber más sobre este país. Gracias.
Gracias Tomás. La prevención en educación a nivel amplio ha de considerarse siempre prioritaria. En el marco europeo en que estamos, y donde tenemos modelos que se están demostrando que funcionan, ahorramos en innovación y sólo cabe implantarlos, por lo que cabe reflexionar porque no se está haciendo.