Desde Psicolagun hemos recibido muchas consultas en este último año sobre como tratar y prevenir los trastornos alimentarios. Creemos que es un problema ampliamente instaurado en la sociedad de hoy en día, que además según los datos que manejamos tiende a aumentar (la prevalencia actual es alarmante). Una vez que se desarrolla el trastorno (anorexia nerviosa, bulimia, etc) se puede tratar de manera efectiva, aunque nosotros pensamos que prevenir los trastornos alimentarios es la mejor de las opciones. Este post, por tanto, va dirigido a padres y madres con una serie de consejos prácticos:
Consejos para prevenir los trastornos alimentarios
- El primer consejo para prevenir los trastornos alimentarios es tener en cuenta que los niños aprenden copiando a los adultos, así ten cuidado con tus propias preocupaciones. Si tus hijos observan que siempre estás haciendo dieta y preocupándote por el peso o por lo que comes, ellos harán lo mismo. Enséñales, en cambio, a comer sano para estar sanos, no por el aspecto físico. Tendrás más fuerza, estarás más despierto, te encontrarás mejor.
- No hacer comentarios de los demás acerca del peso, ni positivos ni negativos. De esta manera les estarás haciendo saber que el peso es secundario. Además, estarás fomentando la tolerancia hacia los demás, para ello será importante decirles que la gente es muy diferente (raza, peso, estatura) y que merecen el mismo respeto y el aspecto físico es algo secundario, lo más importante es conocer el interior de las personas.
- No utilizar la comida como recompensa ni castigo, ni que la utilices para regular emociones, ni para ejercer un cierto control sobre su comportamiento. Ello podría comportar asociar la comida con los estados emocionales (para afrontar la tristeza, los enfados o el buen comportamiento….). Otra vez destacamos que es relevante instaurar un uso adecuado de la comida, como fuente alimentaria y no como regulador de otros aspectos como buen consejo para prevenir los trastornos alimentarios.
- No decirles que no coman ciertas comidas porque engordan. Es mejor decirles que esos alimentos no son buenos para la salud, o que si comen esos productos no adecuados no tendrán hambre en la comida, pero que engorde o no es un argumento muy simple y ambiguo, hay que darles mucha más información.
- Una buena relación con la comida implica alimentarse cuando los niños tienen hambre, así se guiarán por sus propias necesidades. En caso de que no tengan hambre, no les fuerces. Ahora bien, es importante que aprendan a comer todo tipo de alimentos, para que tengan una dieta equilibrada, en el sentido de saludable.
- En cuanto a la saturación de mensajes que llegan desde los medios de comunicación, redes sociales, etc, intenta restarles importancia. Transmíteles que la parte importante de una persona está en el interior, que es lo que la define. Una persona guapa interiormente irradia una energía que se transmite hacia el exterior.
- Algo muy valioso es fomentar su autoestima. Haz que se sientan bien con ellos mismos, tratándolos con respeto, sin burlas y realzando sus capacidades, hablando a menudo con ellos. Ten en cuenta que los niños van a construir su identidad desde la percepción que nosotros tenemos de ellos. De esta manera, también estamos consiguiendo que recurran a nosotros cuando tengan un problema en el futuro.
- Otro consejo importante para prevenir los trastornos alimentarios es hablar con ellos con frecuencia, intentando fomentar su pensamiento crítico, su propia percepción de las cosas, en definitiva que no se guíen por estereotipos y clichés marcados exteriormente.
- Un sector especialmente vulnerable en este aspecto son las chicas. Normalmente, son muy halagadas por su físico en comparación con los chicos, que son más valorados por sus capacidades. Por tanto, intenta valorarlas por sus ideas, comportamientos y personalidad, no por su físico. Resta valor a todo lo que fomente la idea de mujer como objeto. Eso hará prevenir los trastorno alimentarios, además de otros problemas.
- Por último, observa los primeros comportamientos anómalos como saltarse comidas, comentarios de ella/él mismo/a sobre el aspecto físico, apartarse de los amigos, problemas para comprar ropa, dietas extremas o vómitos y no dejes de intervenir tempranamente. Ello facilitará que no se agrave el problema. En esos casos, consulta rápidamente con un profesional.