El efecto Halo es un sesgo cognitivo que nos afecta a todos, y por el cual, a partir de una característica de una persona inferimos el resto, para el que no contamos con suficiente información.
En la sabiduría popular ya se recoge en refranes como: » Crea fama y échate a dormir» o «la primera impresión es la que cuenta». Pero hoy vamos a hablar de como la psicología ha podido demostrar este efecto y que hacer para contrarestarlo.
El nombre de efecto Halo fue acuñado por un psicólogo llamado Thorndike en 1920 . Posteriormente, otro psicólogo, Solomon Asch, realizó el siguiente experimento:
Ahora os voy a pedir que os hagáis una imagen mental de la siguiente persona.
Juan es inteligente trabajador, impulsivo crítico, cabezota y envidioso.
Una vez que os hayais hecho la imagen mental de Juan, os voy a pedir que os hagáis la imagen mental de Pedro.
Pedro es envidioso, cabezota, crítico, impulsivo, trabajador e inteligente.
¿Habéis encontrado diferencias? Si os fijáis bien, los atributos son idénticos pero en diferente orden. Probablemente, si no estabais predispuestos al ejercicio, habréis tenido una mejor imagen de Juan que de Pedro. Ello, se produce por el efecto Halo. Tenemos en cuenta el primer atributo descrito y los siguientes los vamos acomodando, e incluso atributos negativos como «cabezota», los tendemos a positivizar.
¿Por qué se produce el efecto Halo?
Puede haber varias explicaciones, pero en general nuestro cerebro funciona de una manera visual, y tendemos a generar imágenes, nos hacemos un esquema mental de la situación que normalmente va en la línea de bueno-malo, bonito-feo, y a partir de ese punto, lo vamos acomodando todo. Es más fácil acomodar nuestros nuevos conocimientos de la persona a lo que ya tenemos, que variar toda nuestra interpretación anterior.
Dónde se manifiesta el efecto Halo
- A nivel escolar y educativo hay estudios que muestran que los profesores son más benévolos al corregir exámenes de aquellos alumnos que tienen unas buenas calificaciones en generales
- Evidentemente, con respecto a relaciones sociales está muy claro que damos una primera impresión, muy basada en el físico, que luego va a hacer que le atribuyamos a la persona otras características positivas.
- A nivel deportivo hablan de que un equipo inglés, el Leeds United, en los años 60 (su época más gloriosa) era conocido por su juego duro siempre al límite. El entrenador durante la semana les pedía a sus jugadores saber todos los datos del entrenador posibles. Los jugadores, en el túnel antes de saltar al campo, le preguntaban por sus hijos, su mujer, etc. Así, durante el partido, el árbitro tendía a ser más permisivo con esos chicos tan amables. Su criterio estaba influido por el efecto Halo.
- En marketing, cuando en el supermercado sacan un producto muy barato, juegan con el efecto Halo. Asumiremos que tienen más productos baratos, y probablemente el resto no lo estén.
Como contrarrestarlo. Consejos.
- La mayoría de las primeras impresiones son falsas. Por tanto, vamos a evitar juzgar a las personas de entrada. Tener muy claro este punto, nos va a hacer querer descubrir más cosas de las personas que nos rodean, vamos a estar mucho más abiertos a los demás, y vamos a averiguar cualidades positivas de personas que a priori descartábamos.
- Darse tiempo para conocer a alguien. No hacerle el mejor amigo a la primera, sino irse interesando por sus valores, aficiones.
- No obsesionarnos con causar una buena primera impresión. Hay que pensar que lo que va a ser una primera impresión para alguien, puede que no sea para otra persona, ya que la primera cualidad que valora cada uno es diferente. Por tanto, será importante ser uno mismo y mostrarse de la manera en que os sintáis a gusto. No podemos intentar caer bien a todo el mundo.