Cómo ayudar a los hijos en un proceso de separación

Sabemos que un proceso de separación no resulta nada fácil. Y más si cabe cuando hay niños. Pero cómo ayudar a los hijos en un proceso de separación debería convertirse en una prioridad. Saberlos acompañar en este proceso, será indispensable, pero también comportará unos notables beneficios para los propios progenitores.

En primer lugar hay que entender la separación como un DUELO. Ya que implica la pérdida para los menores de una serie de aspectos, que dificilmente serán reemplazables. Perderán su vida tal y como la conocían hasta ese momento. Ya no estarán juntas sus dos principales figuras de referencia. Y además su vida cambiará significativamente con cambios de casa, nervios, y otros cambios que les van a afectar.

Pero qué significa el duelo.  

El duelo es todo proceso de adaptación emocional a una pérdida, que puede ser la de un ser querido, un trabajo, una relación, estatus personal, un diagnóstico de infertilidad,el diagnóstico de una enfermedad terminal o en este caso el cambio familiar que implica una separación, con su consecuente adaptación a las nuevas circunstancias. Un duelo sin duda, implica dolor, y antes de nada hay que tener en cuenta estas 3 indicaciones básicas:

  • En muchos casos, hay personas que retrasan la separación para evitar el dolor a los menores. Resulta totalmente absurdo pensar así, ya que únicamente nos estaremos dañando emocionalmente y  retrasaremos el paso por este proceso, probablemente creando otros problemas más graves. Es aconsejable trabajar en la adaptación de los menores.
  • Los hijos van a necesitar tiempo en esta adaptación. No podemos pretender que se adapten de una manera rápida. Hay que observar y permitir que transiten por las diferentes fases del duelo, que describimos más abajo. Un tiempo medio para trabajar el duelo de una separación será de unos 6 meses, pudiendo ser más o menos en función de las circunstancias que lo rodeen.
  • El duelo de los menores, tendremos que compaginarlo con nuestro propio dolor. Pero sin duda, entender el duelo de los menores, nos ayudará a elaborar el nuestro propios.
  • El menor transitará por las 5 fases, aunque no tiene que seguirlas en el orden indicado (es el más común no obstante). Podrá perfectamente hacer regresiones hacia fases ya pasadas.

Fases del duelo de una separación

El duelo implica dolor, pero tal y como describela doctora Elisabeth Kübler-Ross (1926-2004)”On death and dying”, referente en el campo, el duelo se manifiesta en cinco fases:

  1. Fase de Negación. En muchas ocasiones pensaremos que al niño no le ha afectado la separación. Todo su entorno dice que sigue igual, que no ven cambios, que es un «pasota». Aunque hay que saber que estamos ante una fase del proceso de duelo, en que el menor, para defenderse del cambio lo niega. Habrá que ayudarle a entender sus emociones, a indicarle que tiene abierto todos los canales de comunicación y sobre todo que entienda que está preservado de todo conflicto, y que puede manifestar su amor libremente, sin herir a su otro progenitor.
  2. Fase de Enfado, indiferencia o ira. Estado de descontento y de ira continua por no poder evitar la pérdida que sucede. Se buscan razones causales y culpabilidad en uno mismo. En esta fase tendremos que permitirle que descargue toda su rabia (técnica de los dibujos, almohadas, habitación del grito, etc)
  3. Fase de Negociación. En esta fase el menor empezará a negociar con su entorno, mejorará su comportamiento, intentando ínutilmente y de manera fantasiosa hacer recapacitar a sus progenitores con su actitud. Aquí habrá que indicarle que está exento/a de responsabilidad, y que por mucho cambio en su actitud no va a variar las circunstancias.
  4. Fase de Dolor Emocional o depresión. Se experimenta tristeza por la pérdida. Es la fase en que el menor se da cuenta de su imposibilidad para revertir los acontecimientos y esto le causa pesar. Esta fase puede comportar dificultades académicas, problemas de alimentación y merma en sus actividades cotidianas. Tendremos que acompañarlo y permitirle su dolor emocional, aceptándolo, ya que es una fase más del duelo.
  5. Fase de Aceptación. Se asume que la pérdida es inevitable, y se acepta la situación actual. Esto no quiere decir que el niño esté feliz plenamente, sinó que acepta la pérdida.

Otras consideraciones

Aunque habrá que tener en cuenta que el duelo se puede convertir en patológico si:

  • El duelo se estanca en una de las fases
  • Observamos conductas alarmantes que se repiten durante mucho tiempo (más de 1 mes), como pueden ser autolesiones, dificultades alimentarias, conducta desafiante, problemas graves académicos.

Si estuvieramos delante de alguno de estos casos, sugerimos sin duda la visita a un profesional para tratar específicamente el problema.

Jordi Martínez psicólogo
Jordi Martínez, psicólogo

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