En este post vamos a hablar de asertividad, qué es y para qué sirve? un concepto fundamental si queremos trabajar nuestra autoestima.
En alguna ocasión habéis estado en la cola de un autobús o el cine esperando para entrar, y ¿ha venido alguien y se os ha colado?, ¿no habéis dicho nada?. Creéis que merecéis un aumento de sueldo y ¿no lo habéis planteado por miedo? hacéis más labores en casa pero no lo comentáis por miedo a que se origine un problema.
Estas son típicas situaciones en que nos podemos encontrar o nos hemos encontrado, y por pensar que se van a enfadar con nosotros o por no crear polémica no decimos nada. A este tipo de persona la llamamos pasiva.
También podemos encontrarnos con la típica persona que se vanagloria de que nadie le toma el pelo. Si no está de acuerdo en algo, siempre lo dice, pero normalmente, actuando con mucha agresividad. Hasta puede generar miedo entre quienes le rodean. Suele quejarse mucho y parece que está por encima del resto. A este tipo de personas las llamamos Agresivas.
Entre estos dos tipos de personas hay un punto intermedio, que viene marcado por lo que llamamos ASERTIVIDAD.
Qué es la asertividad
El primer tipo de persona, aparentemente, es apreciado por todo el mundo. Nunca se mete en problemas. Claro está, pagando un elevado precio, ya que hace cosas y permite otras en las que no está de acuerdo. El precio es soportar situaciones poco agradables, y generar una frustración interior importante por permitirlo. Por no hablar del alto precio que pagamos en autoestima, con el consiguiente riesgo a padecer ansiedad, depresión u otras dolencias psicológicas.
Normalmente tiene miedo del rechazo que puede provocar decir lo que piensa. Es un tipo de personas que solemos encontrar en las consultas, ya que su comportamiento les suele provocar mucha frustración, aunque no puede dejar de realizarlo por el miedo. Miedo a lo que pensarán de ella, miedo a ser rechazado, miedo a verse aislado… un miedo en cualquier caso que tiene que ver con el ámbito social.
En el polo opuesto, está el segundo tipo de persona genera mucho rechazo, ya que se comunica de una manera muy agresiva, muchas veces sin conseguir lo que quiere. Ello le provoca un problema de aislamiento, o provoca que las personas que lo rodean no se comportan de una manera natural, o no les escuchen cuando hablan, o mejor dicho cuando gritan.
Los dos tipos de personas forman parte de una misma línea, pero están en polos opuestos, y los dos tienen problemas. Entre ellos se coloca la asertividad.
La asertividad es la habilidad social de poder decir lo que pensamos o sentimos ante diferentes situaciones, pero respetando el punto de vista de los demás. La empatía será fundamente en la asertividad, ya que sin entender a la otra persona, no podremos tener una idea acertada de lo que piensa realmente.
La persona asertiva dirá lo que piensa, pero respetando los derechos del otro interlocutor. De forma que podrá comunicar pensamientos, sentimientos y emociones. Esta manera de comunicar consigue unos efectos más beneficiosos y duraderos para la persona que lo practica.
La asertividad se basa en unos derechos que tenemos, simplemente por existir como seres humanos, hay muchos, aunque en esta ocasión solo quiero tratar 3 de ellos muy importantes.
- Derecho a expresar nuestros sentimientos y emociones.
- El derecho a ser escuchado y tomado en serio.
- El derecho a decir que «NO» sin sentir culpa.
Tenedlo en cuenta y simplemente aplicando estos 3 derechos, podréis comprobar como puede cambiar significativamente todo vuestro entorno, y como mejora vuestra autoestima.
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